A N S I E D AD
·
Los
síntomas de la ansiedad no son peligrosos.
·
Ninguna
de las reacciones físicas o emocionales de la ansiedad, indican que la
persona esté peligrosamente enferma, ni que se está volviendo loca. Estos
síntomas pueden sentirse como desagradables, molestos…, pero pueden ser
tolerados hasta que desaparezcan, y desaparecen ellos solos si se deja de
“alimentarlos” con pensamientos negativos, catastrofistas y ansiógenos.
La persona con ansiedad excesiva no responde a
la realidad de la situación, está anticipando una amenaza a su bienestar, que
es casi imposible que tenga lugar, como si fuese muy probable que ocurriese.
· Antes de afrontar una situación magnifica las
dificultades y exagera los posibles resultados negativos, al mismo tiempo
subestima o ignora sus propias habilidades. Es decir, malinterpreta y distorsiona
la realidad (sobre la cual se siente ansioso) en cuanto a los peligros que
supone, en dos aspectos:
- o no existen esos peligros
- o podría manejarlos con habilidad si no
estuviese bloqueado por sus propias reacciones de ansiedad
Cuando la persona con problemas importantes de
ansiedad llega a estar intensamente consciente de sus propias reacciones
físicas y emocionales ligadas a la ansiedad, puede empezar a temer a esos
síntomas mismos incluso más que a la situación que los desencadena.
Cuanto más se asusta o más rabia le da todo el
problema, más intensos se vuelven sus síntomas y así cae en la llamada espiral de la ansiedad que se
auto-mantiene a sí misma y va en aumento (manteniendo y aumentando así los
síntomas físicos y emocionales).
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