Estamos anclados en el mundo de
la belleza, de estar 10, del culto al cuerpo, de valorar sobre todas las cosas
el aspecto físico, en definitiva de ser un poco frívolos. Lo que importa es lo
que se ve. Si no soy un BMW o Mercedes... no valgo nada, vaya.
A cualquier precio, dietas
imposibles, contra nuestra salud, intervenciones quirúrgicas, tratamientos
carísimos, implantes, siliconas...
Nadie se detiene un instante a
mirar el interior, conocer a la persona, sus principios, su comportamiento y acciones.
Nos perdemos lo mejor, eso es obvio, rechazamos los regalos, ya que no nos
gusta el envoltorio.
Nos alienan (medios de
comunicación) de la importancia de la belleza, de estar guapos, de cuidarnos,
tener buen cuerpo… no sólo por nuestra salud, sino, más bien, por el tema
económico o empresarial.
Nos empujan un poco a eso, a
tener un buen cuerpo, a cuidarse… ¿con que objetivo? Conozco multitud de gente
joven que se siente mal, por no poder vestir como sus amigos, ropa típica
(grandes superficies), por no ser cómo los chavales que salen en las series.
El principal objetivo es promover…
el negocio, las ganancias económicas, por encima de todo. Ganar a costa de los
demás, sin tener en cuenta todo el sufrimiento de la inmensa mayoría de las
personas. Yo te vendo un prototipo de belleza, y si no lo tienes (la inmensa
mayoría) te vendo de todo para poder conseguirlo, o morir en el intento.
Nadie fomenta aprender
habilidades sociales, mejorar nuestra autoestima, resolución de problemas… eso
no vende, no es importante. Lo que vende, donde se gana, es vendiendo una crema
para las arrugas que te deja como si tuvieras 20 años… Ja, ja, ja,. Hay que
aceptar con naturalidad, la madurez, la vejez, etc.
Todo el mundo olvida el daño que
se está haciendo, problemas de imagen corporal, baja autoestima, altos niveles de ansiedad que desencadenas en
trastornos alimentarios, sobrepeso, obesidad, etc.
Cada persona tiene que tener su estilo,
aceptar su físico, aceptar sus habilidades, en definitiva aceptarse, e intentar
mejorar aspectos de la persona, no del físico. La persona perdura, el físico
no.
Cuando se cambie, cuando se
entienda que el principal objetivo es nuestro bienestar, tanto físico como
psicológico seremos mucho más felices.