La paradoja de
los monos y los plátanos
Para ilustrar la necesidad de preguntarse el porqué de las cosas, la
necesidad de cuestionarse lo establecido, la necesidad de conocer las propias
creencias y desafiarlas regularmente, contaré hoy la paradoja de los monos y
los plátanos.
En un experimento se metieron cinco monos en una habitación. En el centro
de la misma ubicaron una escalera, y en lo alto, unos plátanos. Cuando uno de
los monos ascendía por la escalera para acceder a los plátanos, los
experimentadores rociaban al resto de monos con un chorro de agua fría. Al cabo
de un tiempo, los monos asimilaron la conexión entre el uso de la escalera y el
chorro de agua fría, de modo que cuando uno de ellos se aventuraba a ascender en
busca de un plátano, el resto de monos se lo impedían con violencia. Al final,
e incluso ante la tentación del alimento, ningún mono se atrevía a subir por la
escalera.
En ese momento, los experimentadores extrajeron uno de los cinco monos
iniciales e introdujeron uno nuevo en la habitación.
El mono nuevo, naturalmente, trepó por la escalera en busca de los
plátanos. En cuanto los demás observaron sus intenciones, se abalanzaron sobre
él y lo bajaron a golpes antes de que el chorro de agua fría hiciera su
aparición. Después de repetirse la experiencia varias veces, al final el nuevo
mono comprendió que era mejor para su integridad renunciar a ascender por la
escalera.
Los experimentadores sustituyeron otra vez a uno de los monos del grupo
inicial. El primer mono sustituido participó con especial interés en las
palizas al nuevo mono trepador.
Posteriormente se repitió el proceso con el tercer, cuarto y quinto mono,
hasta que llegó un momento en que todos los monos del experimento inicial
habían sido sustituidos.
En ese momento, los experimentadores se encontraron con algo sorprendente.
Ninguno de los monos que había en la habitación había recibido nunca el chorro
de agua fría. Sin embargo, ninguno se atrevía a trepar para hacerse con los
plátanos. Si hubieran podido preguntar a los primates por qué no subían para
alcanzar el alimento, probablemente la respuesta hubiera sido esta “No lo sé.
Esto siempre ha sido así”.
A esto se le llama "mentalidad colectiva" o, incluso, "inteligencia
colectiva" y en la psicología está relacionado con la Weltanschauung o Cosmovisión.
La cosmovisión es una estructura que contiene los paradigmas
de una época o región, reglas por las cuales las personas se han de comportar.
Por ejemplo, los monos del experimento han decretado que no se puede subir o
acercarse a la escalera, y ningún otro mono lo cuestiona. Se tienen que
respetar los paradigmas que tu sociedad te impone, si no lo haces, serás
etiquetado, excluido o castigado por los demás. Y así funciona la mente humana,
que le podemos hacer.
“Triste época
la nuestra. Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”
Albert
Einstein
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