Un persona optimista disfruta del éxito y aprende del fracaso
. Un pesimista tiene miedo de su propio éxito y sufre por los fracasos. Esa es la razón por la cual, la suerte se inclina del lado de aquel que disfruta y aprende>>.

“Todos somos completamente independientes y autosuficientes… Sólo que pocos lo saben"

lunes, 11 de abril de 2011

Palabras para mi hija. Jorge Bucay

PALABRAS PARA MI HIJA
JORGE BUCAY


Antes de morir, hija mía,
quisiera estar seguro de haberte enseñado…
a disfrutar del amor
a enfrentar tus miedos y confiar en tu fuerza
a entusiasmarte con la vida
a pedir ayuda cuando la necesites
a decir o callar según tu conveniencia
a ser amiga de ti misma
a no tenerle miedo al ridículo
a darte cuenta de lo mucho que mereces ser querida
a tomar tus propias decisiones
a quedarte con el crédito por tus logros
a superar la adicción a la aprobación de los demás
a no hacerte cargo de las responsabilidades de todos
a ser consciente de tus sentimientos y actuar en consecuencia
a dar por qué quieres y nunca porque estés obligada a hacerlo                                
                                                                                                                      
Antes de morir, hija mía,
quisiera estar seguro de haberte enseñado…

a exigir que se te pague adecuadamente por tu trabajo
a aceptar tus limitaciones y vulnerabilidades sin enojo
a no imponer tu criterio ni permitir que te impongan el de otros
a decir que sí solo cuando quieras y decir que no sin culpa
a tomar más riesgos
a aceptar el cambio y revisar tus creencias
a tratar y exigir ser tratada con respeto
a llenar primero tu copa y después la de los demás
a planear para el futuro sin intentar vivir en función de él                                        
                                                                                                                      



Antes de morir, hija mía,
quisiera estar seguro de haberte enseñado…

a valorar tu intuición
a celebrar las diferencias entre los sexos
a hacer de la comprensión y el perdón tus prioridades
a aceptarte así como eres
a crecer aprendiendo de los desencuentros y de los fracasos
a no avergonzarte de andar riendo a carcajadas por las calles sin ninguna razón
a darte todos los permisos sin otra restricción que la de no dañar a otros ni a ti misma.   
                                                                                                                      
Pero sobre todo, hija mía,
porque te amo más que a nadie,
quisiera estar seguro de haberte enseñado…
a no idolatrar a nadie… y a mí, que soy tu padre, menos que a nadie.                      

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